jueves, 18 de diciembre de 2008

EL PENSAMIENTO ARQUITECTONICO


“EL PENSAMIENTO ARQUITECTONICO…
FILOSOFIA, TEORIA O PRACTICA”

Se pretende dar una interpretación a la lectura “La Metáfora Arquitectónica”, por Jackes Derrida, contrastando con “Ciencia y Tecnología como ideología” por Jürgens Habermas, en los conceptos de teoría de las ciencias, metáfora arquitectónica, ideología y vinculándolo con la arquitectura y el punto de vista del arquitecto.

La teoría de la arquitectura ha sido repensada no solo por arquitectos sino que también otros investigadores se han interesado en su estudio.

Derrida, en su texto “Metáfora Arquitectónica” expresa de una manera muy particular su análisis del pensamiento de los arquitectos, “Quizá el pensamiento arquitectónico no existe; pero si tuviera que haber uno, solo se podría expresar con las dimensiones de lo elevado, lo supremo y lo sublime”.

Esta reflexión pudiera generar las siguientes interrogantes: ¿el pensamiento del arquitecto se aleja entonces del pensamiento de los demás involucrados en la creación de arquitectura?, ¿la concepción de arquitectura por parte del arquitecto, abarca, describe y concibe un ámbito de mayor extensión?

Pareciera estar particularizando y haciendo referencia, no a los arquitectos en general, sino a los arquitectos destacados, los que generan nuevos estilos, los que pudieran generar nuevas tendencias arquitectónicas, por sus logros creativos, funcionales y generadores de espacios que produzcan sensaciones a sus usuarios.

Es tal el manifiesto de Derrida en la diferencia del pensar del arquitecto que lo asemeja con la perfección de lo divino, de ahí su comparación con la torre de Babel en su búsqueda por alcanzar el cielo, en la pretensión de dominar a las demás estirpes y lograr un nombre. ¿Será por esta razón la creación de las pirámides egipcias, mayas o los templos griegos? en su época y hoy día la construcción de rascacielos en el mundo que en síntesis se presentan como autenticas manifestaciones de poder.

La metáfora arquitectónica según Derrida pareciera manifestarla en tres formas: 1. el camino, que se interpreta como: la búsqueda de la solución por parte del arquitecto, la investigación, recopilación de datos, experiencias vividas y/o adquiridas. 2. los sueños, que pudieran ser las ideas, pensamientos o deseos mimetizados en hologramas mentales del arquitecto para concebir diseñar o proyectar. 3. Deconstrucción, termino particular que pretende reflejar la capacidad del arquitecto de pensar una edificación en un todo descomponiendo los elementos que se ven y no se ven. Solo la mente del arquitecto puede integrarlos para construir el todo de su obra, que sale de lo ordinario para ser extraordinario.

Según la interpretación de las reflexiones expuestas, no cualquiera puede llegar a esta forma casi endiosada de pensamiento arquitectónico, según la metáfora arquitectónica de Derrida. Y pareciera que tampoco es el título de arquitecto el que hace a un gran arquitecto, ni su capacidad académica, ni sus experiencias laborales; Va mucho más allá de todo esto. Quizá se pudiera llegar a estos niveles de perfección, sin pretenderla en su totalidad máxima, con el profundizar del pensar ampliando el universo espacial del pensamiento arquitectónico.

Aunado a esta forma de pensamiento Derrida también acentúa su atención al problema de la doctrina, el cual lo vincula con un contexto político donde se pregunta: “¿Cómo es posible desarrollar una nueva facultad inventiva que permita utilizar al arquitecto las posibilidades de la nueva tecnología sin, por ello aspirar a una uniformidad, sin pretender desarrollar modelos para todo el mundo?”.

Pudiéndose interpretar esta uniformidad y modelos para todo el mundo, como nuevos estilos que en contraposición a este punto de vista, Walter Gropius en su libro “Alcances de la arquitectura Integral”, expresa el impulso de los críticos: “… de clasificar en un “estilo” o un “ismo” y con ello congelar el arte y la arquitectura vivientes, mientras todavía se hallan en la etapa formativa, probablemente ahogara en lugar de estimular la actividad creadora”.

El pensar del arquitecto según Gropius no es la búsqueda de un estilo sino pensar arquitectura con un nuevo enfoque que sea llevada a la realidad, sin pretender la repetición o copia de los que pudieran admirar su obra, según esto el arquitecto busca simplemente la autenticidad creadora de su ingenio arquitectónico.

Las herramientas tecnológicas y sus avances en la asistencia computarizada de CAD, así como la actualización del conocimiento apoyado por la Internet y la globalización, no deberían desmejorar la actuación del arquitecto, por lo contrario, debería colaborar en su búsqueda en un nuevo enfoque, como lo expresaba Gropius, favoreciendo en su pensar de la arquitectura como un todo en el diseño.

Arquitectura que se enriquece con la integración al contexto no solo urbano sino en la conformación de un paisaje visto en su totalidad, en su interior y su interrelación con los usuarios; soñar y vivir el espacio, así como también la forma como se engranarán sus componentes: estructurales, materiales, arquitectónicos, urbanísticos y paisajísticos.

La lectura del filosofo Jürgens Habermas “Conocimiento e interés”, pudiera decirse que se argumenta de los estudios previos de Husserl en donde plantea su critica de: “una idea de conocimiento que preserva aquella conexión platónica de la teoría pura con la praxis de la vida”, considerado por Habermas como una relación que pareciera más un milagro creador de teorías como simples pasos a seguir o normas para la ejecución de las obras del hombre o en este caso del arquitecto.
Habermas desmonta esta tesis de Husserl y refiere “No es el contenido informativo, sino la formación del habito reflexivo e ilustrado en los teóricos mismos lo que produce en definitiva una cultura científica”.

Es de allí donde destaca la importancia de la actitud teórica comunicativa refiriéndola como: “El obrar el conocimiento que se ha liberado de los meros intereses y se ha instalado en las ideas, adoptando cabalmente una actitud teórica”, donde se puede comparar la actitud teórica de Habermas con el pensamiento del arquitecto en la metáfora arquitectónica de Derrida, en el que Habermas trataría el pensamiento del arquitecto como su continuo reflexionar en el abordaje de las soluciones arquitectónicas para alcanzar en punto de encuentro definitivo de la praxis de su obra arquitectónica.

Walter Gropius, en el libro anteriormente mencionado, hace referencia al “plan para una educación del arquitecto”, donde expresa lo siguiente: “Hemos tenido, creo, un grado extraordinario de éxito, hasta ahora, en el desarrollo de maneras de familiarizar a nuestros hijos con las realizaciones del pasado; pero no creo que tenemos igual éxito en cuanto a estimularlos a expresar sus propias ideas”.

Esta cita pudiera dar una idea de la problemática planteada desde la época de la Bauhaus, en donde Gropius refiere como un problema el estimulo del pensamiento creador, si el pensamiento solo es relacionado con el pasado y las experiencias adquiridas por las maneras familiares, en donde cabe la interrogante ¿como conseguir el pensar autentico, sin quedar solo en sueño y plasmarlo en una expresión arquitectónica?

El Arquitecto Rafael Moneo menciona por otro lado: “Antes se pensaba que lo genuino era el único modo que se tenía de ver las cosas, casi todo era genuino: el problema de nuestra situación actual es aceptar que lo genuino ha podido desaparecer de nuestro horizonte y sin embargo pensar que algunas cosas todavía necesitan de ese soporte o de ese entendimiento de la realidad de la posición antigua, aquella que valora lo genuino”.
Según Moneo se puede hablar así de una arquitectura que quizá es difícil de describir con precisión, actitud única que tal vez no haya mucha gente interesada en adoptar, ya que sale del modo fácil de ver las cosas o la cotidianidad del pensar.

Tal vez la fórmula sea la actitud teórica de Habermas en su primera tesis en donde menciona: “Las realizaciones del sujeto trascendental tienen su base en la historia natural del genero humano”. En donde las realizaciones del sujeto o las obras del arquitecto pudieran alcanzar lo trascendental en la base del interés de los pensamientos del arquitecto, no solo en lo particular para cubrir necesidades individuales sino como lo menciona Habermas en pensar como colectivo, en solventar sus deseos siempre inconformes de auto conservación para alcanzar “mejor vida” o “mejor vivir”” enmarcados en un sistema social.

Aun en lo complejo que pudiera ser Habermas trata en su tesis puntos resaltantes entre la conexión directa del conocimiento e interés, al parecer el interés motiva al conocimiento en referencia a su quinta tesis, el cual procura un mejorado lenguaje que conduce a la voluntad y la conciencia convirtiéndola en razón. Postulada en su tercera tesis…

En “Conocimiento de interés”, destaca la acción racional orientada a la teoría comunicativa. Manifestando el deseo de que la ciencia escape de los engaños del positivismo y admitir el carácter “interesado” de la ciencia, ya que difícil es encontrar un conocimiento neutral. Más aún, hay diversos intereses científicos: uno es el técnico de las ciencias empíricas; otro, el práctico, orientado a la acción por el entendimiento de los sentidos; y el tercero, el defensor de la teoría crítica de la sociedad.

De la pluralidad de lenguajes se enriquece la arquitectura. La arquitectura eleva al hombre a una divinidad finita, una búsqueda de la inmortalidad dentro de las limitantes temporales de la realidad y la existencia. Aparecen entonces tres formas de leer la arquitectura, o como dice Habermas tres formas de interés, desde las ciencias empíricas, es decir desde lo experimentable y natural, que se debe considerar como una lectura general o del vulgo; desde la ciencias histórico hermenéuticas, o desde el conocimiento práctico condicionado a la historia y una tercera lectura desde la ciencias emancipativas o desde un juicio crítico que rompa conceptos preestablecidos. Una visión crítica de la arquitectura desde la perspectiva emancipadora nos hace recorrer y conocer el camino de la arquitectura para desaprenderla, desde ahí poder leerla y reescribirla desde la idea pura, libre de paradigmas.
  • Ensayo presentado en la cátedra de PENSAMIENTO ARQUITECTÓNICO dentro de la Maestría ARQUITECTURA CUIDAD E IDENTIDAD de la UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DEL TÁCHIRA por los arquitectos Andrina Fernandez, Luis Alberto López, Jorge Bitar Ramírez.

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