ORIENTE PLAZA
SHOPPING MALL - HOTEL EJECUTIVO - TORRE EMPRESARIAL
PRESENTACÍÓN
El hombre se ata a la tierra, se hace sedentario, se agrupa, aprende a vivir en comunidad, intercambia entre los suyos, intercambia con los extranjeros; dicho intercambio se realizó en un principio con el trueque, luego, inventa el dinero y el comercio se hace institución, se hace religión, el dinero es su Dios.
Cuando el estado y la religión eran uno solo y el sacerdote era el gobernante, los comerciantes eran marginales, rechazados del culto a los dioses. Cuando el estado rompió con la religión, los comerciantes se alzaron como una clase emergente, dueños del poder que daba el dinero.
El mundo ha cambiado, pero las relaciones comerciales permanecen fijas, el comerciante pretende satisfacer las necesidades del cliente y así acrecienta su fortuna. Desde el bazar, pasando por el centro comercial hasta el mercado en la red, el comercio se hace espacio, se transforma en objeto de arquitectura, real o virtual, transforma el uso del suelo y el espacio que lo contiene, espacio que se llena de carácter e identidad al punto que transforma su contenedor; la calle y la plaza, pasan a ser parte integra y útil del espacio comercial y como ninguna otra actividad, penetrando en nuestras mentes, creando necesidades, el comercio se sale de su espacio, invade nuestras calles y plazas, buscando atrapar clientes en una lucha sin cuartel de oferta y demanda.
Al enfrentar el diseño de un espacio arquitectónico destinado al intercambio comercial, o la agrupación de varios de ellos, con sitios comunes de circular y estar, simulando una ciudad, envueltos en un objeto arquitectónico definido y que aprendimos a llamar centro comercial, debe hacerse desde un significado comercial y un significante sagrado, es decir, debe asumirse como el diseño de un templo, un templo a la modernidad, donde se rinde culto al dinero, donde los sacerdotes son los comerciantes y los feligreses los clientes. Esta doble lectura que solo percibe el hombre en su inconsciente y que despierta sentimientos y sensaciones guardadas en nuestra memoria histórica, trasciende la relación comerciante - cliente a un nivel más sacro, donde la religiosidad, como necesidad innata de nuestra condición humana, le da carácter y le imprime un halo de majestad a una actividad terrenal nacida de la necesidad del intercambio de productos.
METODOLOGÍA
El diseño del CENTRO COMERICAL, se debe asumir como un plan de desarrollo que asuma la responsabilidad de una carta de navegación, presentando en cada uno de los capítulos tratados, parámetros necesarios para un óptimo resultado en la propuesta final.
Es así como se estudia el objeto a desarrollar desde su perspectiva histórica y cultural, analizando la tipología, y realizando un inventario para llegar a una aproximación de la manifestación directa del objeto. Este inventario se analiza en la estructura individual y colectiva y su relación con los agentes y los intereses dentro de un contexto de gestión, producción, apropiación, consumo, ideología y simbólica, surgiendo de este análisis interrelaciones ente sus componentes, generando acciones y como consecuencia, reacciones. En esta aproximación al objeto se estudian los movimientos exógenos y endógenos que afectan la esencia del objeto.
Posteriormente el trabajo se concentra en la misión, las realizaciones, la filosofía, la política y la cultura existente en el objeto, presentando un diagnostico del estado actual, que desemboque en un pronóstico que genere cambios en la estructura, en la dinámica, en el desarrollo, en la simbólica y en los elementos básicos de diseño, de manera que la propuesta permita optimizar el uso de las instalaciones y racionalizar el proceso de crecimiento.
Se hace un acercamiento para analizar las deficiencias en las instalaciones, analizar los elementos que las producen y las consecuencias de dichas deficiencias; desarrollando una crítica de los cambios en la esencia estructural del objeto resultado de dichas deficiencias.
De esta manera es posible proponer un plan que integre las unidades constitutivas el objeto y racionalicen su proceso de crecimiento, diseñar elementos urbanos que consoliden la relación objeto - sociedad, reconocer la negación del objeto sobre el contexto, encontrar puntos de relación de la parte con el todo (objeto - ciudad), estudiar los posibles elementos de relación en la estructura, determinar las relaciones de los posibles desarrollos y plantear una propuesta que materialice el objeto, proyectándolo a futuro, formulando una hipótesis, llegando de esta manera al enunciado de un plan general de desarrollo físico por etapas, definiendo normas arquitectónicas, urbanísticas y técnicas.
El hombre se ata a la tierra, se hace sedentario, se agrupa, aprende a vivir en comunidad, intercambia entre los suyos, intercambia con los extranjeros; dicho intercambio se realizó en un principio con el trueque, luego, inventa el dinero y el comercio se hace institución, se hace religión, el dinero es su Dios.
Cuando el estado y la religión eran uno solo y el sacerdote era el gobernante, los comerciantes eran marginales, rechazados del culto a los dioses. Cuando el estado rompió con la religión, los comerciantes se alzaron como una clase emergente, dueños del poder que daba el dinero.
El mundo ha cambiado, pero las relaciones comerciales permanecen fijas, el comerciante pretende satisfacer las necesidades del cliente y así acrecienta su fortuna. Desde el bazar, pasando por el centro comercial hasta el mercado en la red, el comercio se hace espacio, se transforma en objeto de arquitectura, real o virtual, transforma el uso del suelo y el espacio que lo contiene, espacio que se llena de carácter e identidad al punto que transforma su contenedor; la calle y la plaza, pasan a ser parte integra y útil del espacio comercial y como ninguna otra actividad, penetrando en nuestras mentes, creando necesidades, el comercio se sale de su espacio, invade nuestras calles y plazas, buscando atrapar clientes en una lucha sin cuartel de oferta y demanda.
Al enfrentar el diseño de un espacio arquitectónico destinado al intercambio comercial, o la agrupación de varios de ellos, con sitios comunes de circular y estar, simulando una ciudad, envueltos en un objeto arquitectónico definido y que aprendimos a llamar centro comercial, debe hacerse desde un significado comercial y un significante sagrado, es decir, debe asumirse como el diseño de un templo, un templo a la modernidad, donde se rinde culto al dinero, donde los sacerdotes son los comerciantes y los feligreses los clientes. Esta doble lectura que solo percibe el hombre en su inconsciente y que despierta sentimientos y sensaciones guardadas en nuestra memoria histórica, trasciende la relación comerciante - cliente a un nivel más sacro, donde la religiosidad, como necesidad innata de nuestra condición humana, le da carácter y le imprime un halo de majestad a una actividad terrenal nacida de la necesidad del intercambio de productos.
METODOLOGÍA
El diseño del CENTRO COMERICAL, se debe asumir como un plan de desarrollo que asuma la responsabilidad de una carta de navegación, presentando en cada uno de los capítulos tratados, parámetros necesarios para un óptimo resultado en la propuesta final.
Es así como se estudia el objeto a desarrollar desde su perspectiva histórica y cultural, analizando la tipología, y realizando un inventario para llegar a una aproximación de la manifestación directa del objeto. Este inventario se analiza en la estructura individual y colectiva y su relación con los agentes y los intereses dentro de un contexto de gestión, producción, apropiación, consumo, ideología y simbólica, surgiendo de este análisis interrelaciones ente sus componentes, generando acciones y como consecuencia, reacciones. En esta aproximación al objeto se estudian los movimientos exógenos y endógenos que afectan la esencia del objeto.
Posteriormente el trabajo se concentra en la misión, las realizaciones, la filosofía, la política y la cultura existente en el objeto, presentando un diagnostico del estado actual, que desemboque en un pronóstico que genere cambios en la estructura, en la dinámica, en el desarrollo, en la simbólica y en los elementos básicos de diseño, de manera que la propuesta permita optimizar el uso de las instalaciones y racionalizar el proceso de crecimiento.
Se hace un acercamiento para analizar las deficiencias en las instalaciones, analizar los elementos que las producen y las consecuencias de dichas deficiencias; desarrollando una crítica de los cambios en la esencia estructural del objeto resultado de dichas deficiencias.
De esta manera es posible proponer un plan que integre las unidades constitutivas el objeto y racionalicen su proceso de crecimiento, diseñar elementos urbanos que consoliden la relación objeto - sociedad, reconocer la negación del objeto sobre el contexto, encontrar puntos de relación de la parte con el todo (objeto - ciudad), estudiar los posibles elementos de relación en la estructura, determinar las relaciones de los posibles desarrollos y plantear una propuesta que materialice el objeto, proyectándolo a futuro, formulando una hipótesis, llegando de esta manera al enunciado de un plan general de desarrollo físico por etapas, definiendo normas arquitectónicas, urbanísticas y técnicas.
DISEÑO ARQUITECTONICO
Arq. JORGE BITAR RAMÍREZ
JHIME SANTOS JAIMES
JORGE ANDRES BITAR Q.
ARQUIBITAR ARQUITECTOS 2010