viernes, 25 de julio de 2008

CABAÑA CAMPESTRE

CABAÑA CAMPESTRE
CHINACOTA NORTE DE SANTANDER
PROYECTO PRESENTADO PARA LA
XXII BIENAL COLOMBIANA DE ARQUITECTURA 2010
Área: 135 M2
Patio español
Sala
Comedor
Cocina
Ropas
3 Alcobas con baño
Terraza
Baño auxiliar
Taller artesanías

LA CABAÑA DEL NOTARIO
Lo que me vincula a un espacio no son sus límite materiales, sino las vivencias y experiencias que me apegan o rechazan del lugar; esta suma de vivencias son las que transforman el lugar en hábitat.

Es el lugar y el habitar los que establecen los criterios y determinantes de diseño que materializan un objeto de arquitectura que pertenezca y corresponda al querer y sentir del habitante, y no el objeto de arquitectura que se imponga por estilo o moda.

Un hecho arquitectónico que intervenga el lugar parte del estudio del “fenómeno de la imagen” naciendo de la idea pura, sin el límite de los determinantes objetivos de la praxis profesional, es el fluir de la imagen desde la conciencia individual, libre de paradigmas, sin rigidez constructivista; así, el hecho arquitectónico que se implanta en el lugar es el resultante de la materialización de la idea pura que pertenece a su realidad y no un sustituto de lo imaginado.

La CABAÑA DE NOTARIO, implantada en el municipio de Chinácota, Norte de Santander, en un área de 1250 M2 de la urbanización el paraíso, en un clima de 18°C, 171 M2 de construcción que contiene la sala, comedor, cocina, alcoba, baños, depósito, terrazas, y centra su actividad en torno al patio, que conjuga lo cubierto y/o lo descubierto como un “lugar” que me brinda protección y refugio, sin que medie entre el territorio y/o una cubierta.











Diseño Arquitectónico

JORGE BITAR RAMÍREZ
ARQUITECTO

Colaboradores

JHIME SANTOS JAIMES
JORGE ANDRES BITAR Q.


ARQUIBITAR ARQUITECTOS
2008

miércoles, 9 de julio de 2008

HACER VIVIENDA, ¿CONSTRUIR O HABITAR?

HACER VIVIENDA, ¿CONSTRUIR O HABITAR?

Quiero hacer una reflexión del texto de Martín Heidegger “Construir, Habitar, Pensar”.

Si partimos del mundo conocido, de la descripción de las experiencias y vivencias, que nos lleven a leer los símbolos que permiten el análisis de los procesos y estructuras sociales y entramos a proyectar una idea primaria de la interpretación del texto de Heidegger “Construir, Habitar, Pensar” enfocado hacia los urbano, lo construible y lo habitable, concluimos de fondo que el habitar no es el construir. El hombre aprende a construir, primero desde la idea, luego desde la técnica, hasta que logra materializar su pensamiento en un objeto; así el hombre se hace arquitecto, transformador de su entorno, extensión de la mano creadora de Dios, ladrón del fuego secreto de los dioses, desarrolla su actividad constructora a la que adecua el habitar, paralelo al pensar.

Debemos partir el análisis desde el texto, citando que construir en propiamente habitar, que habitar es la manera como los mortales son en la tierra y el construir como habitar se despliega en el construir que cuida, es decir, que cuida el crecimiento… y en el construir que levanta edificios.

Lo sustancial del habitar es resguardar. Heidegger establece la cuaternidad, entre la tierra, el cielo, lo mortal y lo divino, respondiendo su pregunta ¿en que consiste el habitar? Concluyendo antes que “No habitamos porque hemos construido, sino que construimos y hemos construido en la medida en que habitamos, es decir, en cuanto que somos los que habitan.” Un segundo cuestionamiento pretende encontrar la pertenencia del construir en el habitar: respondiéndose que la esencia del construir es el dejar habitar y que solo si somos capaces de habitar podemos construir, lo que desemboca en un tercer razonamiento: ¿Qué pasa con el habitar en ese tiempo nuestro que tanto da para pensar? Si trascendemos la materialidad y la inmediatez volviendo a la idea primigenia, entenderemos con Heidegger que tenemos que aprender primero a habitar, entonces podremos construir desde el habitar y pensar para el habitar

Entonces ¿para que el habitar?
Habitar es para cuidar, para recibir y para preservar. Lo que indica que se sublima la naturaleza mortal y se nos da el Cosmos como Cosmos. El habitar es disputar con el espacio, siendo el espacio en el mismo habitar.

¿Qué es el construir?
Construir es elaborar objetos que disponen de lugar, que conceden un espacio que se abre simultáneamente con el habitar. El construir se desarrolla desde un saber cualitativo, sustancial, desde la esencia, de manera que sea para el hombre el habitar, que genere pertenencia, que llene el vacio que deja la perdida de su suelo natal, su patria - significando patria: "la tierra de los padres", superando su condición de apátrida.

¿y… el pensar?
Concluimos que habitar y construir son con el pensar. El construir le da sitio al ser, y lo transforma en cosmos, espacio habitable. El habitar observa el sentido de este espacio, el pensar admite e ubica al ser. El ser alcanza en el pensar su sitio; el pensar permite el sentido de las cosas, y el modo en que están ordenadas.

Referencia Bibliográfica
Heidegger, Martín (1951). Construir, Habitar, Pensar. Darmstadt, Alemania.

Julio de 2008